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Los inquilinos de San Ildefonso 20 denuncian acoso inmobiliario por parte de la propiedad del edificio
Antonio Pérez & xlavapies
7 April 2025

    La vida de los habitantes del número 20 de la calle de San Ildefonso dio un vuelco total el día en que el edificio fue adquirido, en diciembre de 2023, por ATM TYR REAL ESTATE SL, empresa que lo traspasaría con posterioridad a EREM Si20 SL y que comunicó de inmediato a las 24 familias que allí vivían que no iba a renovar sus contratos de alquiler y que deberían marcharse según fueran finalizando los mismos.

    Hoy sólo seis de aquellas familias permanecen enrocadas en sus viviendas, con sus contratos vencidos pero pagando las rentas con regularidad al administrador de la finca y aferradas al remoto sueño de que su casero acceda a venderles el inmueble, algo que le han planteado, para constituir una cooperativa en cesión de uso y ser dueñas de su futuro habitacional. Sin embargo, no parece que la propiedad contemple esa posibilidad. Muy al contrario, acaba de redoblar la presión sobre estos vecinos para lograr que se vayan comenzando molestas obras en todos los pisos que han logrado ir vaciando, una acción que los inquilinos califican como «acoso inmobiliario» y que aseguran realizan sin las licencias correspondientes.

    Las negociaciones entre ambas partes son inexistentes desde mayo de 2024. De hecho, cuenta José Ferreira, uno de los inquilinos que han decidido quedarse en el inmueble, que los distintos dueños nunca han querido sentarse a hablar realmente con ellos de forma colectiva, tratando de encontrar soluciones individuales con las que «fraccionar y dividir» a unos afectados que, poco después de que ATM TYR comprara el edificio por 4,3 millones de euros, plantearon a esta empresa que se lo revendiera a ellos mismos, a lo que la mercantil contestó pidiéndoles 5,2 millones de euros, cifra que los vecinos consideraron demasiado elevada y que para la SL suponía una ganancia de cerca de un millón de euros en sólo tres meses.

    Fachada de San Ildefonso 20 | Foto: XLAVAPIES.COM

    En cualquier caso, «mientras estuvo sobre la mesa esa posibilidad, ATM TYR nos ocultó que estaba cerrando la venta del edificio a EREM Si20 (Eurolatam Real Estate Management San Ildefonso 20). EREM es la actual dueña del edificio desde diciembre de 2024, aunque nadie nos lo ha comunicado oficialmente, por lo que no creemos que alguna vez hubo verdadera intención de vendérnoslo a los vecinos», indica Ferreira.

    VIVIR ENTRE OBRAS

      Desde poco después de las 8 de la mañana de cada día en San Ildefonso 20 comienza el ruido que provocan las obras de demolición que la propiedad está acometiendo en 15 pisos del inmueble. A ese ruido toca sumarle la suciedad que estos trabajos suponen, algunos cortes de suministros y la presión psicológica que todo ello genera en los residentes. Uno de los bajos del edificio está siendo utilizado como almacén de todo tipo de desechos que los obreros están retirando de las viviendas que han quedado vacías.

      En el Conex, la base de datos donde se consultan las licencias y expedientes urbanísticos del Ayuntamiento de Madrid, sólo consta que la propiedad ha solicitado permiso para reformar cuatro viviendas y en junio de 2024 presentó una declaración responsable para realizar unas actuaciones que no se sabe bien para qué les facultan. Basándose en esta información, los vecinos han llamado en diferentes ocasiones a la policía por creer que se están extralimitando, logrando en alguna ocasión que detuvieran las obras.

      José Ferreira denuncia que la estrategia que sigue EREM Si20 en su edificio es la metodología habitual que emplea este tipo de empresas cuando se encuentran con la negativa de unos vecinos a abandonar sus casas. «Provocando incomodidad, molestias y trastornos en nuestra cotidianidad están tratando de fracturar la voluntad de los que hemos decidido quedarnos y resistir. Lo siguiente será enviar a una empresa de desokupación para echarnos. Es su estrategia, sabemos que han actuado de igual forma en otros inmuebles. Podrían iniciar una vía judicial para nuestro desahucio pero saben que eso lleva tiempo, por lo que prefieren optar por esta especie de acoso, mientras nos ignoran y rechazan negociar colectivamente con nosotros, que tenemos derecho a quedarnos en nuestro piso hasta que, al menos, un juez no indique lo contrario». En Lavapiés, residentes del número 7 de la calle Tribulete denunciaban a través de las redes sociales, hace unos días, una situación similar de acoso inmobiliario en el particular vía crucis por el que atraviesan.

      En San Ildefonso 20 viven 24 personas: parejas con y sin hijos, mujeres solas con niños a su cargo y dos nuevas familias que desde marzo pasado se han instalado como okupas en dos de las viviendas que habían quedado libres en el inmueble. «Se trata de familias de cuatro miembros cada una que venían de sufrir un desahucio y sobre las que no tenemos queja alguna», indica Nacho Martín Urquidi, otra de las personas que residen en el edificio junto a su pareja y sus dos hijos.

      A raíz de la presencia de estos nuevos vecinos la propiedad envió a principios de marzo a una empresa dedicada a la desokupación de inmuebles, a la que los habitantes de San Ildefonso 20 plantaron cara. «A estas familias en situación de extrema vulnerabilidad les llegaron a ofrecer 6.000 euros a cada una para que se marcharan, pero lo han rechazado y ahora son unos miembros más de esta comunidad, por lo que pedimos a los de la empresa de desokupación que no volvieran por el edificio», comenta Nacho.

    EL SUEÑO, CONSTITUIR UNA COOPERATIVA DE VIVIENDA

      La compra de edificios enteros de un solo dueño por parte de entramados empresariales y fondos buitre, que pasan a expulsar a los inquilinos de los mismos para ganar mucho más dinero con nuevos alquileres, muchos de los cuales serán de temporada o turísticos, es un fenómeno habitual en Madrid. En Lavapiés encontramos ejemplos como el ya citado de Tribulete 7, los conocidos de Buenavista 25 y Zurita 22 o el más reciente de Mesón de Paredes 88. Todos estos bloques, al igual que el de San Ildefonso 20, se han declarado en lucha y, con la ayuda del Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid han decidido quedarse y plantar batalla a sus caseros pese a la llegada de burofaxes con los que se les empuja a marcharse.

      Interior de San Ildefonso 20 | Foto: XLAVAPIES.COM

      Lo que hace singular a San Ildefonso 20 es que mientras el resto de bloques reclaman la renovación de sus contratos de alquiler a precios justos, los inquilinos que resisten en éste aspiran a algo mucho más ambicioso de cara a resolver el conflicto con la propiedad: la adquisición del inmueble en el que residen para sacarlo del mercado y poder seguir viviendo en él.

      La fórmula por la que apuestan suena a utópica y no se conoce algo similar en Madrid en vivienda ya construida, pero aseguran que no es un imposible: constituir una cooperativa de cesión de uso, una alternativa que concibe la vivienda como un bien de uso y no como una inversión, y a la que en este caso se accedería reuniendo asociados que realizarían una inversión inicial de entre 20.000 y 30.000 euros y se comprometerían, luego, al pago de cuotas mensuales menores a las del alquiler que están pagando en la actualidad para hacer frente a la compra, mantenimiento y funcionamiento de un edificio que siempre sería de propiedad de la cooperativa. La constitución de esta cooperativa se haría con financiación de la banca ética y si alguien quisiera abandonarla se le devolvería el dinero inicial que puso.

      Para Nacho Martín, que San Ildefonso 20 lograra crear una cooperativa como la que reclaman sentaría un precedente. También, según este vecino, para que este tipo de soluciones pudieran prosperar haría falta «voluntad política para establecer un derecho de tanteo por parte de los inquilinos de un inmueble cuando un propietario decida vender».

      A los vecinos de San Ildefonso 20 se les pudo ver en la manifestación que el pasado sábado recorrió el centro de Madrid demandando, entre otras cosas, una rebaja y una limitación del precio de los alquileres de vivienda. En ella se hicieron presentes tras una pancarta en la que abogaban por soluciones cooperativistas para todos.

      «Cuando ATM TYR REAL ESTATE SL compró el edificio toda nuestra vida se postergó. Desde entonces sólo pensamos en esto y con nuestros amigos sólo hablamos de esto. Libramos una batalla mental permanente que, a veces, nos impide enforcarnos en nuestros trabajos, en nuestras relaciones personales y en nuestra vida, en tener ganas de seguir adelante y en tener nuestra casa bonita!», indica José Ferreira quien, pese a todo, destaca la unidad que existe entre los inquilinos que resisten en San Ildefonso 20 y en lo necesario que resulta «sacar del bloque al exterior» los problemas de vivienda que sufren.

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