Hace ahora un año, el 10 de marzo de 2024, el Centro Social Okupado (CSO) La Rosa hacía su presentación en sociedad desde el edificio del número 1 de la calle Bastero. Era domingo y en xLavapiés nos apresuramos no sólo a hacernos eco de la noticia, que se difundió a través de un comunicado en redes sociales, sino a acudir ese mismo día a conocer un proyecto que, según se dijo, se iba a «construir desde lo colectivo», teniendo como referente una genealogía de lugares okupados y autogestionados que dejaron huella en Madrid, tales como el Patio Maravillas (Malasaña), La Ingobernable (Paseo del Prado) o El Laboratorio (Lavapiés). Aquel día encontramos mucha juventud en La Rosa que por edad era imposible que hubieran frecuentado los citados centros sociales okupados y, sin embargo, sabían hacia dónde querían ir.

    En medio aún de la posibilidad real de un rápido desalojo anunciaron: «En una ciudad como Madrid, en la que todo pasa por el centro, esta okupación sirve para reivindicarlo para los vecinos ante la turistificación y la gentrificación y para aunar a movimientos sociales en la zona (…) El nuevo enclave y su situación harán de este edificio un bastión de resistencia en contra de quienes quieren expulsar a las vecinas de sus barrios (…) El derecho a una cultura anticomercial y participativa, a la vivienda y a intervenir activamente en nuestra urbe está por encima de la especulación».

    365 días después, La Rosa es un proyecto consolidado, aunque aún esté en construcción. La adecuación física del espacio utilizable del edificio, que va más lenta de lo que les gustaría, marca el ritmo al que se incrementa el número de colectivos y actividades a los que puede dar cabida este espacio, así como del de las propuestas que desde el mismo parten hacia el exterior. Aún así, son cuatro o cinco actividades diarias las que tienen lugar en la actualidad en el inmueble, actividades culturales y sociales y siempre gratuitas.

    Isidro, portavoz de La Rosa, destaca los talleres semanales fijos de danza (salsa y swing) y los dos de teatro que se ofertan en el CSO y el cinefórum que acogen. También, el hecho de que un colectivo de poesía cuir y el Sindicato de Inquilinas de Madrid lo tengan como sede y, por supuesto, el funcionamiento regular de la cafetería-espacio de encuentro (Kafeta) de su planta baja. De entre las actividades puntuales que han pasado por la Rosa en este año, Isidro señala las distintas exposiciones de arte, charlas y el festival de música tecno TKM, el Sound System y el Tatoo Fest. En la cuenta de Instagram del CSO hay una buena recopilación de ellas.

    El rumbo de La Rosa se marca en asamblea y el proyecto se articula en torno a distintas comisiones. Son alrededor de 30 personas fijas las que forman el núcleo duro del centro, abierto a nuevas incorporaciones. «Cualquiera que desee conocernos no tiene más que acercarse cualquier día a la puerta del edificio. Si se trata de un colectivo en busca de espacio, mejor contactar mediante nuestro correo electrónico (bienvenida_larosa@sindominio.net), hablándonos tanto de ellos como de sus necesidades».

    Desde la Rosa desean destacar el buen recibimiento que han tenido por parte de los vecinos de Lavapiés desde el principio que, aseguran, han agradecido la apertura al barrio de un edificio que llevaba muchos años sin uso.

    FIESTA DE CUMPLEAÑOS

      El aniversario del CSO se celebra este sábado como cualquier cumpleaños, con una fiesta. Esta comenzará a las 12 horas y finalizará alrededor de las 18 horas. Durante ese tiempo, muchas de las actividades que normalmente se realizan dentro del edificio se sacarán a la plazoleta que hay justo delante del mismo. Además, en las plantas 1, 2 y 3 también habrá propuestas y entre las 15 y las 16:30 horas, comida popular.

      Una pequeña actuación del Coro de Canción Protesta (16:30 horas) y la lectura de un pregón darán por concluida la celebración.